Decálogo del Deportista Saludable

  1. Antes de iniciarnos en cualquier actividad física, debemos tener la certeza de ser capaces de tolerar el esfuerzo. Para ello, debemos hacernos un chequeo médico para comprobar que todo está en orden.
    En el caso de tener alguna dificultad. Sabremos adaptar la frecuencia, el volumen y la intensidad de nuestro entrenamiento.
  2. Es necesario planificar y cuantificar el entrenamiento. Si necesitas ayuda, pídesela a nuestros monitores.
  3. Sea cual sea tu estado físico y objetivo, realiza una activación previa al entrenamiento. Con ello evitarás lesiones y potenciarás tu rendimiento.
  4. Durante el entrenamiento debes focalizar tu atención en los ejercicios que estás haciendo. Prestando especial atención a la técnica, los rangos de movimiento y la higiene postural. Si eres principiante, es mejor realizar pocos ejercicios durante tu entrenamiento para así tener un buen aprendizaje del gesto. Si eres experto, no sobrepases tus límites comprometiendo la técnica y el volumen máximo de recuperación.
  5. Hidrátate bien antes, durante y después de la práctica deportiva, si vas a entrenar en verano, elige a ser posible las primeras horas del día o las últimas de la tarde para evitar los horarios de más calor y, por ende, mayor tasa de sudoración. Muchas veces notamos que nuestro rendimiento no es el esperado y recurrimos a suplementos cuando uno de los pilares, como es la hidratación, está siendo inadecuado.
  6. Al terminar la sesión, revisa tus anotaciones y valora tu progreso. La cuantificación es determinante para ser conscientes de dónde venimos y visualizar hacia dónde vamos en nuestro entrenamiento.
  7. Tan importante es la calidad del entrenamiento como la de los alimentos que le otorgamos a nuestro cuerpo. Aliméntate de forma equilibrada, variada y adaptada. Da siempre prioridad a los alimentos frescos (hortalizas, frutas, legumbres, frutos secos, pescados, huevos, carnes, lácteos naturales y fermentados) y, aléjate de los alimentos ultra-procesados.
  8. El descanso es otro pilar fundamental, sin él es imposible mejorar. duerme un mínimo de 7 horas, planifica tus sesiones y deja el tiempo suficiente entre las mismas para garantizar una buena recuperación muscular.
  9. Se paciente, constante y progresivo. Los resultados no se ven de la noche a la mañana. Debes entender que la actividad física es una filosofía de vida, un HÁBITO y no un objetivo cortoplacista en el que no prima la salud y el bienestar.
  10. DIVIÉRTETE, haz del deporte un hábito. Incluye aquellos que más te motiven y te hagan despertar cada mañana lleno de energía e ilusión. De esa manera, mejorarás la adherencia y con ella tu calidad de vida.